Seguridad Principal

El otro día tuve un pequeño desencuentro con dos personas que amo mucho y que forman parte de mi historia remota. Si bien la discusión no fue nada tan grave, noté luego de que terminó un dolor emergiendo a la superficie, desde el centro de mi pecho. Lo observé, me detuve y me dejé sentir en vez de seguir con la rutina de ese día. Lo reconocí como la emoción de sentirme avergonzada, disminuida, como que hay algo esencialmente ‘malo’ conmigo, con ser quien soy, por opinar lo que opino, por expresarme como lo hago… (lo que se definir dentro de las emociones de más baja frecuencia en el espectro: culpa y verguenza. Shame en ingles). Tuve que ponerme en movimiento, bailar y hacer yoga para liberar la sensación desde el cuerpo mismo porque llegó a ser insoportable. Noté mi sistema nervioso muy cargado y seguí indagando con curiosidad. Luego de unos minutos comencé a llorar y permití que fluyera, y entonces me llegó un gran entendimiento: lo que estaba sintiendo era un profundo estado de inseguridad. La reminiscencia de un conflicto histórico en mi biografía: el ser quien soy me pone en peligro de abandono, de muerte.

O “pierdo mi esencia” (mi alma, mi identidad) o pierdo lo básico que necesito para sobrevivir: el amor de mi tribu y el hogar.

Aquel pequeño episodio me dio acceso a observar un mensaje clave grabado en mi subconsciente: “no es seguro ser quien soy”.

En el pasado, no me quedó otra que ir cediendo, deshonrando partes de mi esencia, para no perder la seguridad física y emocional que como humana pequeña y dependiente necesité. Ese conflicto constante y esa amenaza me condicionaron: aprendí a temerle a mi energía guerrera, a tenerle miedo a mi propio poder. Se me olvido quien realmente era…y ha sido trabajo constante de anos, recordar (y reconstruir!) una y otra vez quien soy verdaderamente tras todas las capas de mecanismos adaptativos.

Hoy, en tiempos donde el concepto de ‘seguridad’ es tan popular y estamos tan expuestos a ser manipulados mediáticamente por esta necesidad, la manera que yo he entendido que uno verdaderamente alcanza un estado de seguridad interior, independiente de autoridades externas, es al transformarte en tu propio apego seguro. Es el camino de llegar a convertirte en un hogar del cual nada ni nadie te puede despojar. Es tu cuerpo tu mas valioso hogar. Y entonces: la profunda sanación sucede a nivel somático, porque ahi han estado alojadas las memorias que te separaron de ti mismo y de la fuente en primera instancia.

Luego de muchos años de trabajo personal, de terapias, de instrospección, de viaje hacia la raiz des las heridas, he llegado a la conclusion: la sanación es resultado de un trabajo de amorosa y perseverante alineación de tres factores: cuerpo, emociones y mente, pero al mismo tiempo y paradojicamente: la sanación no pasa en estos tres niveles, sino que sucede en el mayor centro energético que poseemos: el corazón. Purificar cuerpo, mente y emociones, transformar la triada desde circulo vicioso (los patrones adictivos) a un círculo virtuoso, es lo que permite el milagro ultimo: que sane el corazón. Es desde este centro que nos podemos llegar a sentir tan seguros, con tanto sentido de pertenencia, de merecimiento, de bondad, de amor, que no entra duda alguna de la profunda perfección de las cosas. Mas allá de las circunstancias vitales, existe una capa de bienestar basal infalible, incluso en aquellos momentos de crisis, drama y torbellino en nuestras vidas. Es el corazón el que nos recuerda que no hay más lucha que dar, y que simplemente falta recordar: Somos amor incondicional, y podemos descansar en esa verdad. La sensación de seguridad que esa experiencia trascendental regala no tiene comparación alguna con lo que comúnmente llamamos seguridad en nuestro estado de sobrevivencia bajo el alero de un sistema patriarcal, y desde nuestro comúnmente escaso entendimiento sobre qué estamos haciendo aquí en este planeta…finalmente, la seguridad mas trascendental es el poder serle fiel a tu llamado de alma, y asi también: el apego mas seguro es el que construyes contigo misma dia a dia, cuando te cumples lo que te prometes y vas por lo que tu corazón anhela realmente.

Mi intencion y deseo de hoy, es que todos alcancemos este entendimiento y que podamos liberarnos de todo aquello que nos impide sentirnos seguros siendo quienes somos. Aho!

My core gift is helping others to embrace a grounded spirituality, equally loving our divinity and humanity. I give it by helping people to embody their feelings through different art expressions, beauty and creativity, playing with ideas and words as well as movement practices, proving how intensity is the juice of life, and how compassion is the ingredient that will heal humanity.

Valentina B. Sepulveda is young awarded Chilean filmmaker, writer, and dancer, currently living in India.
She graduated from Film Direction and Social Communication at Universidad Católica de Chile in 2014. Since then, she has been working as a writer, director, and editor of documentaries and experimental films. She also worked as a producer and assistant director in fiction pieces, as a producer in Chilemonos International Animation Film Festival, and as a cinema teacher at the same university where she obtained her degrees, before she left her country to join Auroville International Community. From 2018 until the beginning of 2020, she has worked as a video maker, photographer, and writer for different media units, and from the pandemic onwards she has been exploring different expressions, building up her start-up renaissance company, Ineffable Films Lab from where she plays, experiment and produce projects around movement, dance, poetry, photography and film.